No soy experta entomóloga aunque me encantan los bichos.
El otro día llovió, llovió poco para lo que realmente se necesita, pero lo justo para que yo me recorriera Colón con mi paraguas de Los Simpson y mis catiuscas rojas de alunizaje.
Pero lo mejor fue ver en mitad de la ciudad vida verdaderamente inteligente. Tres caracolitos que se arrastraban con su casa al hombro. No son los únicos, en los tiempos que se viven.

No es lo que parece

Todo en esta vida tiene doble cara. Te dicen que puede pasar, pero hasta que no te paa, no te das cuenta de lo que es. Tus amigos, tu familia, tu pareja... incluido tu perro, cualquiera cambia, muta, se transforma, se disfraza. Algunas veces para bien y otras, bueno, otras se peude decir que la semilla del mal estaba latente en su interior y sólo había que liberarla.

Siempre me dicen `aprende a volar nena, aprende a volar´. No es que deba hacerme piloto de aerolíneas, es que si sueño, por lo menos que tenga los pies en la tierra, o lo más cercanos posible. Que luego, el aterrizaje puede ser muy brusco.
Un consejo, deja el cafe de máquina, no puede ser bueno para tu estómago, nena.

¿Eres musera?

Rodeada de periódicos de color salmón, sin más que hacer que ver los boletines económicos y ver como los alimentos suben y suben mientras que los tipos de interés bajan, un compañero, mientras recordaba su época estudiantil me pregunta: ¿eres musera?, -claro, les vi por última vez en el FIB en primera fila agarrada a la barandilla de seguridad-.
No estabamos hablando de los mismo, estaba claro por su cara.
¡Qué clase de pregunta es esa!, una que está curtida en miles de avalanchas, de fans enfervorizados que meten los codos hasta los intestinos, por supuesto que soy musera,
siempre que se interprete como fan de Muse.
Y en ese momento lo vi claro, caí fulminada en un pozo negro.